El proceso de chorreado consiste en proyectar abrasivos no metálicos a alta presión sobre superficies metálicas. Este proceso nos permite, no sólo eliminar restos de óxido e incrustaciones, sino además conseguir una superficie homogénea para posteriores aplicaciones con pintura de protección.

Los abrasivos no metálicos que normalmente utilizamos son el granate o garnet, utilizado ampliamente como material abrasivo en máquinas de chorreado. Gracias a su bajo coste por peso y a que se puede reutilizar varios ciclos con un buen sistema de recirculación y separación, es el material idóneo cuando se deben obtener superficies con una rugosidad específica en un corto espacio de tiempo.

Adicionalmente es el mineral más utilizado en los sistemas de corte por chorro de agua. El garnet tiene importantes propiedades como material abrasivo, como son su dureza y alta densidad, que hace que el material pueda adquirir grandes velocidades cuando es disparado con aire comprimido o con agua a presión. Además, es un producto natural que se compone de un grupo de minerales en los que la almandite es el componente principal. El garnet o granate, está exento de hierro y no contiene sílice, cumpliendo con los requisitos ambientales y con todas las normativas de trabajo, salud e higiene a nivel Europeo, incluido España.


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